El grupo, que cuenta con una trayectoria de tres décadas, tocó temas de su último disco, “Trinchera”, y muchos de sus clásicos. En el recital se generó una atmósfera de sensual trance que sumergió en un rito bailable, impregnó el aire de voluptuoso romanticismo o fundió al público en un vaivén onírico.
El grupo, que cuenta con una trayectoria de tres décadas, tocó temas de su último disco, “Trinchera”, y muchos de sus clásicos. En el recital se generó una atmósfera de sensual trance que sumergió en un rito bailable, impregnó el aire de voluptuoso romanticismo o fundió al público en un vaivén onírico.
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