El caso inició en mayo de 2000 en Rufino, una pequeña localidad al sur de la provincia de Santa Fe, cuando la hija de 15 años del juez penal Carlos Fraticelli, una joven epiléptica con un leve retraso madurativo, fue encontrada sin vida con una bolsa de nylon que le cubría la cabeza.
El caso inició en mayo de 2000 en Rufino, una pequeña localidad al sur de la provincia de Santa Fe, cuando la hija de 15 años del juez penal Carlos Fraticelli, una joven epiléptica con un leve retraso madurativo, fue encontrada sin vida con una bolsa de nylon que le cubría la cabeza.
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